sábado, 25 de diciembre de 2010

Ya no hay nada de qué hablar!

Que te quedes, que te vayas, que no vuelvas nunca más. Me resbalan tus palabras si no paran de gritar. Que me estoy volviendo loco, de escucharte criticar. Que si entro, que si salgo, que si luego vuelvo a entrar. Me da igual. He aprendido a contestar, con palabras que se callan, cuando creo que no hay nada de qué hablar. No, no, no, no, no. No hay nada de qué hablar. No, no, no, no, no. No hay nada de qué hablar. No nos ponemos de acuerdo, me he cansado de remar. No encontramos ningún puerto, y lo normal es naufragar. Me da igual. Lo importante es al final, cuando todo se ha acabado quien se queda con las llaves del portal. Que ya no me quedan ganas, para parame a pensar. Si te he visto no recuerdo, que vería en ti, chaval, Cuando creo que no hay nada, no, no, no! No hay nada de qué hablar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario