martes, 12 de julio de 2011

¿Te acuerdas de cuando eras pequeño?

Por aquellos años, las decisiones importantes se tomaban con un práctico "Pito-pito gorgorito, ¿dónde vas tú tan bonito?, a la era verdadera, ¡pim pom fuera!".
Cuando se podían parar las cosas que se complicaban con un simple... "Eso no vale ¡es trampa!".
Los errores se arreglaban diciendo con un simple... "¿Empezamos otra vez?".
Tener dinero, sólo significaba poder comprarte una bolsa de chucherías a la salida del cole.
Hacer un castillo de arena, podía mantenernos ocupados durante toda una tarde.
Salvar a todos los amigos en el escondite, con un grito: "¡Por mí, y por todos mis compañeros!" Te convertia en la heroina del dia.
Siempre descubrías tus más ocultas habilidades, a causa de un "¿A que no eres capaz?".
"¡Tonto el último!" Era lo único que nos hacía correr como locos hasta que el corazón se nos salía del pecho.
Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficaz arma que jamás se había inventado.
"GUERRA" sólo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase.
La mayor desilusión era haber sido elegidos los últimos en los equipos del cole.
Cuando un helado era la mejor recompensa.
Y quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida.
Cuando el negocio del siglo era conseguir cambiar los cromos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas.
Y sólo llorábamos desconsolados cuando íbamos de excursión, nos entreteníamos durante horas y venían a avisarnos de que teníamos que marchar.
Cuando ponerte el "babi" a modo de capa te hacía soñar y subido en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como Superman.
Todas estas simples cosas nos hacían felices, no necesitábamos nada más que un balón, una comba y un par de amigos con los que hacer el ganso durante todo el dí­a.
 ¿Y ahora que es lo que nos hace feliz?

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