Hablaba una vez más y su voz se colaba en mis oídos como un ruido insoportable. No la aguantaba más, esa voz se ha convertido en algo insufrible. Y después de todo lo que ha hecho, viene de buenas. ¿Perdona? Déjalo, ya no cuela. -No hagas como que no me oyes. +Sí te oí, sólo estaba eligiendo ignorarte.
También en: http://cocoinforma.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario