Soy muy orgullosa, perdono pero no olvido. Me trago demasiadas palabras de las que escuecen y luego no puedo evitar esa explotación típica de los que solemos acumular de todo aquello que no puede contenerse. Odio la lluvia y el frio, pero amo las bufandas. No me gustan las personas que no hablan, ni las que hablan demasiado de ellos mismos. Tampoco las que se dedican a hablar mal de los demás 24 horas diarias. Podría pasar el día escuchando la voz de alguien muy especial. Hablo demasiado, quizás por eso odio tanto los silencios. Hago cosas sin pensar. De esas de las que luego la gente se suele arrepentir. No quiero nada que tenga que ver con la tristeza ni con los malos recuerdos. Estoy rodeada de gente que quiero. A veces puedo ser borde, callada o incluso ser antipática. Soy muy perezosa e inestable, me da rabia que me hagan callar. Me tomo las cosas demasiado en serio. Los que realmente me conocen son los que me quieren tal y como soy. Soy fan de la ironía. El hecho de decir algo y que cada uno pueda interpretar una cosa. Me encanta reirme de mi. No me gustan las películas de risa fácil y no soporto las personas hipócritas. Cojo cariño fácilmente a las personas aunque ni lo diga, ni lo muestre demasiado. Tengo una forma especial de demostrar que me importa la gente. Amo los pequeños detalles de la vida.. Cambio de humor diez veces al día. Me podrás encontrar soñando despierta en mi habitación con mi música sonando y mi mente en otra parte. Me encanta salir de fiesta y llegar a casa con cara de loca.
Pero sobre todo lo que más me gusta es la gente que me sonríe.
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