miércoles, 7 de enero de 2015

En tu salón.

No soy de recordar a los que no están en días claves, los suelo llevar siempre conmigo. Pero hoy, se me abrió la herida.
No te conocí mucho, la verdad que pasaba poco por aquél butacon de tu salón, dónde ahora se sienta tu señora. Dicen que no te gustaba llegar a casa y que no estuvieran las cosas hechas, que fuiste de armas tomar, será por eso que sea tan así yo. Me acuerdo de tu fuerza, al verte levantarte solo hasta cuando te cortaron la pierna. De los balonazos que te daba en los Caños en la cabeza y tú nunca me reñiste, será que era la nieta chica. De como te comias los helados, que no te daba tiempo ni quitarles el papel. De tus últimos años, con la abuela cuidandote. Tengo que decir, que cuando te fuiste algo de ella se fue contigo. La mujer que tanto te cuidó y nos cuidaba a todos. Ahora te recuerda a ti en vez de a nosotros. Abuelo, no recuerdo unos peores Reyes que aquél año. Te seguiremos echando en falta sentado en tu salón, llamándome para darme viente-duros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario